Tesoros del devenir

Esta es la historia de un libro que es maleta, equipaje de aquello que es  raíz y casa, en la que se guarda el pasado y  presente. Es un álbum de imágenes plásticas que versa de aquello que no se desea olvidar y a lo que se vuelve la vista. Es un libro que se lee mirando y que está conformado por unas cuantas obras -pintura, dibujo y collage- que narran una vida y un hogar en un frondoso valle entre montañas y ríos. Por tanto, es un retrato de familia y así mismo un autorretrato: de un paréntesis, refugio  y oasis estival, al cual regreso siempre que necesito estar allí donde las cosas apenas se mueven, donde el tiempo se ha detenido y todo está bien. Los tesoros que porta son una elección de  rincones y fetiches, que a su vez también son momentos y sentimientos, y que trasladan a ese mundo que ya ha quedado inmortalizado/ idealizado en la mente. A estos tesoros materiales -del devenir y de lo que se quedará-  que conforman los recuerdos, a ellos regreso  la mirada, desempolvándoles por el mero hecho de contemplar su eterna  belleza. Ellos, a su vez, me han conformado, puesto que también se es aquello  que a uno  le circunda. En esta cambiante e incierta vida nómada, todos estos  lugares, objetos y sentimientos no caben en una maleta, pero sí quizá en un libro cuya magia y atributo  permite el retorno.